Cada vez están más de moda las hamburguesas vegetales, tanto para los que son vegetarianos o veganos, como para los que intentan alejarse de los productos animales por sostenibilidad, por concienciación animal o por considerarlas “más sanas”.
Pues bien, OCU ha analizado un buen número de hamburguesas vegetales y concluye que no consiguen la experiencia cárnica que pretenden y, nutricionalmente, dejan mucho que desear, comparadas con las hamburguesas de origen animal.
Estudio OCU sobre hamburguesas vegetales:
Primeramente, pocas hamburguesas vegetales de las analizadas se salvaron de la “cata” por expertos pues, tanto en sabor como en color o aspecto, estaban lejos de su intención de parecer carne de ternera.
En segundo lugar, se publicitan como sustitutos de la proteína animal. Pues bien, todas las analizadas son altamente pobres en estos nutrientes.
La calidad de una proteína depende de su contenido en aminoácidos esenciales (los que el cuerpo humano no puede sintetizar y ha de incluir en la dieta), y las proteínas de alto valor biológico contienen todos, como las de los huevos, la carne, el pescado y los lácteos. Sin embargo, las proteínas de estas hamburguesas vegetales son deficitarias en dos de ellos: histidina y lisina.
Además, las grasas de estas hamburguesas son de origen vegetal (en su mayoría aceite de colza, llamado nabina en la etiqueta, coco o girasol) y, al ser alimentos procesados, muchas de ellas contienen exceso de sal y tienen fibra añadida (no de manera natural).
Por último, en todas estas hamburguesas vegetales se especifica claramente en los envases que se han de cocinar intensamente, y es que el riesgo de listerias es alto. En el estudio de OCU aparecieron en todas ellas, en niveles inferiores al máximo permitido, pero ahí están, y por eso recomiendan un cocinado intenso, pues estas bacterias son sensibles a las altas temperaturas.
A su favor hay que decir que tienen pocos aditivos, que usan para corregir acidez y mantener su textura pero, sinceramente, los factores que tienen en contra no se compensan con este último punto a su favor.
Come menos carne, pero la que comas, que sea buena
Por eso, una vez más, insistimos: “come menos carne, pero la que comas que sea buena”, y déjate de sustitutos extraños que intenten parecer carne de ternera.
Date de vez en cuando el placer de una buena hamburguesa comprada en carnicería (no de supermercado, que son procesadas y llevan aditivos), a poder ser de carne sana y de ternera de pasto. Tu paladar y tu cuerpo lo agradecerán, pues no hay que dejar de comer carne roja, sino comerla moderadamente.
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