En un momento en el que la carne roja está más en el punto de mira que nunca, desde Vuelta y Vuelta nos sentimos apoyados por la recomendación de la OMS y de la fracción política que ha desatado todo este revuelo. Nuestro lema es “come menos carne, pero que sea de calidad”. Estamos en contra de la cría intensiva con macrogranjas de miles de cabezas de ganado y apoyamos la cría familiar.
La carne de las terneras de Vuelta y Vuelta es de calidad
-Cría familiar: pertenecen a la familia Merejo, ganaderos familiares desde hace 50 años, que las cuidan con mimo durante el año que viven en su finca (en Pulgar, un pequeño pueblo en los Montes de Toledo), donde conviven menos de 200 individuos.
-Terneras de pasto: son terneras que viven en libertad, no están estabuladas, tienen una amplia zona de pasto para caminar, correr, comer y pacer libres lo que les apetezca. También poseen un cobertizo al que pueden entrar o salir si el clima es muy frío y prefieren estar a cubierto.
-Alimentación muy cuidada: Además de la hierba que comen durante todo el año en la finca en la que están en libertad, nuestras terneras de pasto consumen también forraje natural sin antibióticos ni conservantes artificiales, a base de cereales (maíz, cebada y soja principalmente), guisantes, garrofas, rabos de oliva, beza de trigo y, lo más importante, un 1,5% de aceite de oliva virgen extra (alto oleico), que es el secreto de la calidad, jugosidad y terneza de su carne.
-Terneras sanas: Los veterinarios están a disposición de nuestras terneras, que acuden siempre que hay algún problema, con visitas rutinarias aunque no los haya. Por supuesto a las terneras no se les aplican anabolizantes ni medicamentos innecesarios en ningún momento de su crecimiento.
-Carne sana: El hecho de que las terneras estén criadas en libertad, con todos los controles veterinarios necesarios y con esa cuidada alimentación, hace que la carne que producen sea muy sana, con un valor diferencial: tiene bajos niveles de grasa, pero de ellos, el 49% es ácido oleico (grasa insaturada), gracias a la suplementación con aceite de oliva virgen extra, que es beneficioso para la salud cardiovascular y hepática, pues aumenta en sangre el llamado “colesterol bueno” (HDL) y reduce el llamado “colesterol malo” (LDL). Ese aceite de oliva también supone un aporte extra de antioxidantes, minerales y vitaminas del grupo K y E, que previenen el envejecimiento prematuro de la piel, aceleran el metabolismo (útil en dietas de adelgazamiento) y mejoran la respuesta inmune.
Además, la carne de las terneras de Vuelta y Vuelta posee un bajo contenido en sal (un 20% menos que una carne de ternera normal), lo cual también es otra razón que la convierte en la carne de elección para los que necesiten reducir el aporte de sal en su dieta sin tener que renunciar a un buen chuletón.
¡Terneras felices!
Y si todo esto fuese poco, sabemos que nuestras terneras son felices porque los niveles de ph de su carne indican su bajo nivel de estrés, lo cual demuestra el buen trato recibido durante su vida y durante el último kilómetro al matadero, que esa es la escasa distancia que tienen que recorrer en un camión acondicionado, con la consiguiente reducción de sufrimiento en el transporte y, por supuesto, en el momento del sacrificio, pues estamos certificados en bienestar animal.
Come menos carne… ¡pero que sea buena!
Por todo ello, el revuelo generado las últimas semanas en España por la recomendación de comer menos carne roja, apoya nuestra gestión ganadera, pues nosotros también pensamos que no hay que abusar del consumo de carne roja, «come menos carne, pero que sea de calidad y que provenga de criaderos familiares que sean sostenibles«, como la carne de las terneras de Vuelta y Vuelta, terneras de pasto, criadas en libertad de forma familiar, mimadas y cuidadas para que den la carne más sana y sabrosa.
Además, no siempre hay por qué comer un chuletón o un entrecot. Existen maneras de comer carne roja mezclada con otros alimentos: no nos olvidemos que la salsa bolognesa está hecha con carne de ternera, o los canelones, o las fajitas… Todo esto entraría en la recomendación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria de comer 300-500 gramos de carne roja semanales que puede ser como protagonista (un buen chuletón o solomillo), o en platos igualmente suculentos como un pastel de carne o una buena berenjena rellena.
Sin duda, si todos los cebaderos fuesen como el de Vuelta y Vuelta, revertiríamos en seguida el falso mito de la carne roja y disfrutaríamos sin cargo de conciencia de la fusión de salud y sabor que posee nuestra carne. Si la pruebas, entenderás que no te mentimos y si visitas el cebadero podrás comprobar por ti mismo cómo viven nuestras terneras y el ambiente en el que se desarrollan. Sin duda…
¡Come menos carne pero que sea de calidad!
Terneras de Vuelta y Vuelta… ¡Terneras sanas! ¡Terneras felices!