¿En qué consiste la conservación de carne al vacío?
El envasado al vacío es uno de los métodos más eficaces para conservar los alimentos, pues aumenta considerablemente su vida útil. Consiste en retirar el aire y, por tanto, el oxígeno que hay en él, siendo este el principal factor de oxidación y putrefacción de cualquier materia orgánica.
Realizado correctamente, apenas queda un 1% de oxígeno residual en el interior.
Este ambiente sin oxígeno creado por las máquinas envasadoras, detiene el crecimiento de bacterias aerobias (patógenos que necesitan oxígeno para proliferar) como la Salmonella, el Escheritchia coli o el Campylobacter, y evita que prospere el proceso de oxidación que acaba en la putrefacción de los alimentos.
Hecho el vacío, el producto queda pegado al envase, reduciendo su volumen y protegiéndole, además, de impactos mecánicos.
Cambios en los productos envasados al vacío
Las características nutricionales de los alimentos envasados al vacío permanecen intactas, así como sus características organolépticas, con excepción de la carne, que sí ve alterado su color, que pasa del rojo intenso de la carne fresca, a un tono más oscuro, pero que lo recupera tras 30 minutos de volver a estar expuesta al aire. La falta de oxígeno es la que produce la modificación temporal del color, que vuelve al rojo brillante pasados algunos minutos tras abrir el envase y estar de nuevo en contacto con el aire.
El color que produce la conservación de la carne al vacío es distinto del color marrón que adquiere cuando la carne no está en buen estado, pues es debido a la oxidación de sus nutrientes, algo que no ocurre con carne envasada al vacío, a la que, precisamente, se le elimina el oxígeno para evitar ese proceso oxidativo.
Vacío más refrigeración
El envasado al vacío no evita la proliferación de las bacterias anaerobias (las que no necesitan oxígeno para multiplicarse, como los Clostridium o las Listerias, que crecen de manera mucho más lenta), pero combinado con refrigeración, evitamos el crecimiento de cualquier bacteria, aerobia o anaerobia.
Además, el proceso de vacío evita el enranciamiento y, por tanto, olores desagradables, así como la destrucción de las vitaminas sensibles al oxígeno, como la A y la C.
La ternera envasada al vacío puede durar hasta 10 días en el refrigerador, y meses en el congelador.
Por todo ello, en Vuelta y Vuelta elegimos el envasado al vacío más la refrigeración constante de la tienda a tu casa, para garantizar la frescura de nuestros productos (envíos con Seur frío).